El que ha sido llamado, se da cuenta que al dar con Jesús en su camino encuentra el porqué de su vida. Al encontrarlo, desea no dejarlo más.
Cuando un joven es llamado y responde positivamente, tiende a hacerse para los demás el conducto de llamamiento de Cristo. Quien encuentra a Cristo, dese que otros también lo encuentren y compartan su gozo, además de que aspira a llevar a otros a este encuentro decisivo.

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